lunes, 1 de diciembre de 2008

El mundo misterioso de las hadas

Frank Barrios Gómez

Actualmente muchas personas se sienten atraídas por la influencia que atraen las hadas. ¿Qué vienen siendo? ¿Dónde habitan? ¿Es posible ponerse en contacto con ellas? Todo esto es posible y para lograrlo, la persona debe volver a recuperar esa inocencia que perdió con este tipo de vida materialista del siglo XXI.

Los niños poseen el tercer ojo (clarividencia) desarrollado. Ven cosas que no son perceptibles para el ojo físico y los adultos no captan por vivir en su mundo de problemas, rencores, venganzas y alejados de todo lo que huela a espiritualidad. En estos tiempos en que lo que sobresale es el materialismo, el espíritu se ha alejado del hombre, no porque él (el espíritu) lo haya decidido, es el hombre quien lo ha hecho a un lado por darle prioridad a la materia.

En el principio de la creación, cuando Dios Jehová creó a la naturaleza, lo primero que comenzó a manifestarse fue un tipo de vida elemental, es decir, el alma de los diferentes reinos de los elementos. El término alma estaría mal aplicado, un estudioso del esoterismo sabe que el nombre correcto para esas criaturas que habitan en una cuarta coordenada es el de "elemental", el cual viene siendo una energía en proceso de evolución a través de los reinos de la naturaleza. Cuando esté debidamente preparado le correspondería ingresar al estado humano.

Cada elemento de la naturaleza posee sus respectivos elementales. Son infinidad de ellos, pero los esoteristas mencionan para cada elemento a las criaturas que más evolucionadas se encuentran. Es así como en el agua encontramos a las ondinas y nereidas. En el fuego habitan las salamandras. En el aire los silfos y sílfides y en la tierra los gnomos.

La tierra es uno de los elementos que posee infinidad de criaturas que habitan en él. El verde es el que caracteriza a este elemento siendo su punto cardinal el norte. Para que las criaturas que habitan en la tierra nos obedezcan, se hace necesario que el mago porte un báculo, un poco de tierra o sal. Preparado con cualquiera de estos instrumentos, entonces estará en condiciones de trabajar con los elementales de la tierra y para ello es necesario conocer el nombre del dios elemental que rige. También podría ser algunos de los genios que ayudan a este dios y por último, saber el respectivo conjuro y exorcismo para mandar a estas criaturas. Este tipo de trabajo lo aprenden mis alumnos en la Escuela de magia Maker, de la cual soy su director y fundador. El resultado que se obtiene suele ser maravilloso.

Mi atención en este artículo está enfocado hacia esas criaturas diminutas del elemento tierra y que reciben el nombre de "hadas". Walt Disney, esoterista, las inmortalizó en sus películas describiendo el mundo mágico donde ellas habitan. Son tan bellas que difícilmente una mujer del mundo físico puede competir con esa belleza. Por un lado lo físico, por el otro, lo espiritual y es en este renglón, donde una mortal nada puede competir con estas divinidades porque ellas (las hadas) no están llenas de caprichos, rencores, envidias, venganzas, celos y mezquindades, entre otras cosas.

El entrar a los bosques, una persona sensible capta de inmediato la energía que ahí se manifiesta. Si se posee desarrollado el tercer ojo (clarividencia), con asombro se vería cómo infinidad de seres diminutos, con hermosos ropajes y alas transparentes acompañan a esos visitantes. Se trata de hadas que vienen siendo las guardianas de las selvas y bosques. Ellas habitan en los árboles, las flores y son las encargadas de producir la magia para que quien sepa cómo utilizarla, al regresar a su entorno, lo haga cargado con esa energía que fue depositada en todo su cuerpo.

Entre las diversas hadas que se conocen encontramos a las Driades. Para la mitología griega son quienes protegen a los árboles. Permanecen ahí y su vida se extingue cuando el árbol muere. Un vegetal que viva varios siglos tiene gran poder y podría ser utilizado si se sabe cómo contactar al hada que lo protege.

Las Alseides son otro tipo de hadas que habitan en las flores. Se manifiestan ante el ser humano dejando escapar el aroma a perfume que despiden las flores. Los colores que utilizan para sus ropajes suelen ser coloridos y su alimento principal es el néctar de la misma flor.

Las Damas Verdes son otro tipo de hadas que resulta difícil vislumbrar. Reciben este nombre por el color de ropa que utilizan y su constante relación con el aire las ha hecho casi de constitución etérea. En el pasado rehuían la presencia humana, pero actualmente ayudan a quien solicite sus servicios.

Conociendo el poder mágico de algunas plantas, es posible ayudarse para contactar a las hadas. En una casa o jardín donde haya rosales habrá siempre hadas. Recogiendo tomillo salvaje, esto es en el campo y preparando una fusión, ésta hará que el cuerpo vibre con las hadas y pueda contactárseles. Los pensamientos, gardenias, margaritas, jazmín, trébol y setas venenosas resultan imanes para estos diminutos seres.

Arboles como el avellano, pino, eucalipto y abedul, entre otros, también suelen ser vegetales donde gustan vivir las hadas. Por el hecho de tener la planta o árbol en el jardín o casa no es requisito suficiente para que estas criaturas vivan en esos sitios. Si en el hogar existen discusiones frecuentes, música estruendosa y a todo volumen, estas criaturas buscarán otros lugares más armoniosos dónde vivir. Depende del morador de la casa el que atraiga y retenga a estas criaturas elementales y saque provecho de su magia o las aleje por lo desordenado de su vida.

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